sábado, 19 de marzo de 2016

Llegar al aeropuerto y encontrarte una limusina, traslado al o desde el aeropuerto

Imagina por un momento que acabas de aterrizar y tras recoger tu equipaje, te encuentras con una limusina esperándote en la puerta para llevarte hasta el hotel en el que piensas alojarte. O al revés, que es el momento de regresar a casa y te llevan al aeropuerto en uno de estos coches de lujo. ¿Verdad que es algo que a todo el mundo le encantaría? pues es posible, y cada ves más habitual en muchas ciudades del mundo.
No te creas que montar en limusina es un lujo reservado solo a hombres de negocio importantes o a gente con mucho dinero. Alquilar una para que nos traslade hasta o desde el aeropuerto es cada vez más asequible, sin que esto reduzca en lo más mínimo la sensación que genera subirse a una.


Un servicio clásico para hombres de negocios
Quienes viajan mucho por negocios suelen estar acostumbrados a coger un avión, subir a un coche que les espera en el aeropuerto y esperar en el hotel o ir directamente al lugar donde tienen la reunión de trabajo. En New York, por ejemplo, es uno de los servicios más habituales que hacen las limusinas, mucho más incluso que los taxis. Hay empresas especializadas en estos traslados que cuentan con un servicio fijo para determinados hombres de negocios que viajan el mismo día de la semana hasta la ciudad de los rascacielos para atender sus asuntos comerciales.

Una forma diferente de hacer turismo
Alquilar una limusina para que nos lleve desde el aeropuerto hasta nuestro hotel también e ha puesto de moda. Y es que hay pocas cosas tan especiales como ver una ciudad montados en una limusina. De ahí que haya hoteles que reciben a sus huéspedes con este detalle, y turistas que prefieren contratar los traslados en estos coches, ya que los precios no se diferencian mucho de los de cualquier otro medio de transporte que se puede encontrar, con el añadido de que en limusina se puede ir tomando algo, cómodamente sentados en asientos de piel y con más pasajeros de los que entran en un coche normal.
Mientras se llega hasta el hotel o se sale hacia el aeropuerto, se puede dar un paseo por la ciudad y disfrutar de las vistas que ofrece esta desde los cristales tintados. Seguro que más de una mirada se siente atraída por semejante medio de transporte, preguntándose quién viaja en su interior. Cualquier ciudad se ve de un modo diferente a bordo de una limusina.

La comodidad llevada hasta el extremo

Si hay algo que caracteriza las limusinas es lo cómodas que son. El interior de estas está diseñado para que sus ocupantes viajen de un modo muy diferente al de cualquier otro coche. Es lo más parecido a estar en el sillón de casa que se puede encontrar. Por ello puedo decir con total seguridad que llegar al aeropuerto y encontrarte una limusina esperando para llevarte a tu destino es una de las mejores experiencias que se pueden vivir.

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